Fuego
El camino de la vida no puede ser recorrido sin luz, sin energía, sin fuego; así que cada quien debe armarse de un fuego que poco a poco irá trazando su ruta hasta el destino. La falta de constancia la debilidad puede causar un retraso monumental al destino o alterarlo, sin embargo ya sabemos que esa alteración estaba planeada de todos modos.
El caso es que existe un grupo muy pequeño de personas que son capaces de arriesgarlo todo confiando en el fuego que llevan por dentro. El fuego es traicionero y muy egoísta, aunque por supuesto hay unas valiosas excepciones que por las que tal vez valga la pena correr ese riesgo.
Por otro lado están las personas restantes, la mayoría que siempre está en un constante intercambio de fuego, jugar a soltar y agarrar sin saber o sabiendo que cada fuego pretende una cosa diferente, impulsándolos a un rumbo distinto al anterior.
-Dudo esto último ¿ya no te acuerdas?
Como sea, la maestría de la vida es dominar el fuego, conquistarlo y obligarlo. En pocas palabras el arte de vivir se consigue a plenitud tal cual como el Cábala, haciendo de las personas perfectas los conquistadores de ángeles todo-poderosos.
Y ahí es donde entraría lo opuesto a lo hermoso, lo horrible de la vida podría decirse.
Las cosas son hermosas porque tarde o temprano se van a acabar, si algo, cualquier cosa por muy placentera que sea de repente se hace inmortal, progresivamente se tornará horrible y dolorosa.
-El placer no es hermosura.
Entonces... hablemos del amor.
Efectivamente, el amor no es hermoso, es algo terrible.
-El amor verdadero.
Pasarán eones y la pasión siempre será la misma, el dolor siempre será el mismo, incluso me atrevo a afirmar que la felicidad siempre será la misma, nada va a cambiar, todo es un idealismo perfecto y perpetuo, lo cual lo hace tan odioso. Todo esto es una blasfemia al esfuerzo, a la vida.
CHANGES
El fuego quemará todo, y cuando no quede nada, de esa nada regresará otro todo.
La llama roja, estuvo escondida detrás de la llama negra.
-¿Esperando?
No, confundida, perdida.
-Siempre te lo dije: el amor es peligroso.
La sabiduría no jugó a mi favor, de hecho no la tuve en cuenta.
-Decidiste vivir en carne propia lo más difícil.
Para que no se me olvide. Las cenizas de mi pecho hablan de lo que he vivido.
-No has vivido nada. No tienes ni idea.
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