Atípico

Los gustos de la gente son triviales, se concentran en las texturas, por otro lado, me he concentrado en los sabores con tanta intensidad que siempre arruino la esencia del momento. Con el tiempo he aprendido que los recuerdos son algo tangible, algo que se almacena como un papel dentro de un libro que a su vez está dentro de una enorme biblioteca. Sí ese papel es destruido, nunca más se podrá recordar lo que decían sus palabras, habrá concluido su propósito. En alguna parte de mi cerebro están los recuerdos, están las emociones que tanto deseo eliminar y aunque sea algo contradictorio (cómo ya se ha hecho costumbre en mí) me reconforta, me da alegría saber que el camino en el que me encuentro tiene salida, la estoy viendo con mis propios ojos. Ahora queda la etapa final: ¿qué método usar? cómo si de una computadora se tratase, podría reescribir, podría vaciar el espacio, podría usar un virus, podría reiniciarlo. Pero no, no es tan sencillo, las partes rotas son irreemplazables y cuando algo malo empieza a fallar, al no cumplir su función a plenitud, hace más mal que bien, empieza a estorbar. -Una mera justificación a tus acciones, ¿eh?

Las personas atípicas no suelen ser valoradas, en lugar de eso, son personas ignoradas y carentes de atención.

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Y la verdad es que eso es lo justo.
Fueron donde no debieron, no escucharon, se creyeron mejores.

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