El corazón es el músculo más fuerte

Sin decir ni una palabra, Ezra tomó el collar de Marlé, se lo colgó al cuello y se subió en la cabina.
-Ponla en marcha, repuso Ezra. 
Ella tardó un  poco en entender que pretendía Ezra, pero súbitamente observó el collar en su cuello.
-¿¡Estás demente!?
-Sólo hazlo, es mi responsabilidad ir a buscarla. Dijo con tono serio; sonó bastante estúpido pero era la única solución en el momento, no había tiempo que perder. 
-Pero no sabes que pasará, ni donde aparecerás.
-Confía en mí, tengo una corazonada. 
-De acuerdo Ezra, iré a buscarte cuando entienda qué sucedió, te lo prometo.
Adeline con la mente atiborrada de mil cosas, encendió la máquina, estaba temblorosa, tenía mucho miedo pero en una situación así, se debe mantener la cordura y esperar lo mejor. Ezra observó el collar y una vez más, empezó a brillar, cada vez con más fuerza hasta el ápice donde su cuerpo se empezó a desmoronar, lo estaba sintiendo, era horrible.
Dentro del agujero, podía observar las olas del mar, chocando unas contra otras en un completo caos de azules, no necesitaba respirar, no sentía el frío del agua, sólo estaban las olas y él. La odisea estaba llegando a su fin y en el claro del agua, se podía entrever un bosque caducifolio muy sereno, la imagen cada vez era más clara hasta que el agua no lo cobijó más y cayó desde una altura de un par de metros, al suelo del bosque. Había un aire familiar en ese lugar...
Ezra con la ayuda de su espada, se abrió paso hasta una villa pequeñita, escoltada por un gran castillo, mientras más se alejaba del bosque, sentía que poco a poco unos ojos no-humanos se desinteresaban y miraban a otra parte.
Al llegar al pequeño pueblo, la gente se quedaba mirándolo, cómo si notaran que trae algo extraño; Ezra estaba muy confundido y necesitaba aclararse así que decidió dar una pausa en una taberna, la camarera le dijo que tenía unas ropas muy extrañas y los soldados del castillo empezaron a interrogarlo, le acusaban de ser un espía de Rhaast, no sabía nada de la situación actual ni donde estaba ¿Quien era Rhaast?, era un sospechoso potencial así que decidieron llevarlo con el canciller del castillo; lo ataron junto a otros prisioneros que estaban ahí con ellos y se pusieron en dirección al castillo, al que hablara le esperaba una ejecución inmediata, no había tiempo para formalidades.
Una vez en el castillo, el canciller se dispuso a repartir las penas de cada uno, y no variaban entre cadenas perpetuas en el calabozo o guillotina, el tipo estaba loco de poder. Cuando sentenció a Ezra a la guillotina, apareció la reina histérica, exigió respeto hacía Ezra y afirmaba que era su amigo, así que a regañadientes el canciller accedió a que lo soltaran. En este punto Ezra pensó que se había vuelto demente, todos estos sucesos eran tan extraños pero todo eso se disipó cuando la reina lo jaló del brazo hacía un pasillo, y soltó una risita.
- Te he engañado ¿eh Ezra?
-¿De qué habla?
Más risas, -Anda, reconóceme.
Era Marlé.
-¡Pero qué!, qué estás haciendo aquí, ¿que está sucediendo?
- Eso mismo me pregunto yo, desde que me encontraron en el bosque todos me llaman reina y ¿sabes? no me molesta en lo absoluto.
-Vamos, tenemos que salir de aquí.
-Ezra... Apenas te conozco pero fuiste capaz de venir hasta aquí por mí, no sabes lo agradecida que me siento.
La situación estaba muy mal y Marlé no estaba ayudando, sin embargo Ezra no dijo nada, no quería quitarle importancia a las emociones de Marlé porque ella de verdad le importaba; la escuchó y al final le repuso que saldrían de esto juntos.

Subieron a la recámara de la reina, para prepararse a salir hacia el bosque pero justo cuando entraron, Marlé se descompuso totalmente, cayó al suelo y empezó a palidecer.
-Ezra, ¿qué es esto?, ¿qué me sucede?
De nuevo la confusión invadió la mente de Ezra y esta vez acompañada con pánico.
-Marlé está bien, estarás bien, ¿qué sientes?
-...
-¡¿Marlé?!
Entre sus brazos, se hacía cada vez más ligera, se estaba desintegrando, igual que en la máquina. En cuestión de segundos Ezra quedó con sus manos extendidas en el aire sin nada entre ellas.

Tenía que salir de ahí lo más rápido posible, todos pensarían que le había hecho algo a la reina, el peligro era inminente.
Bajó las escaleras y salió por la cocina, se puso en marcha hacia el bosque y justo cuando pasó el primer arbusto, Adeline aguardaba; Ezra le contó todo lo que sucedió, Marlé simplemente había desaparecido y tras unos minutos de meditación Adeline replicó.
-Estuve hablando con algunos lugareños y ellos aseguran que estamos en Whiterun sí. Pero el año es 600 D.G y hace poco encontraron a la reina porque supuestamente había sido raptada, lo que creo que está sucediendo es que viajamos en el tiempo pero recaímos en el mismo lugar, este castillo es muy similar al de nuestra época; donde está la feria ahora, antes yacía el bosque donde hemos caído todos; y sobre Marlé mis sospechas concuerdan con la teoría que planteé, Marlé es en realidad la princesa Nadine de nuestro tiempo, ella se presentó con ese nombre para que la acompañaras y pudiera pasar un rato en la feria.
-Con razón se incomodó cuando los soldados se acercaban...
-El caso, la gente de aquí cuando encontraron a la princesa Nadine pararon la búsqueda y dieron por hecho que ella era la reina, ya que se parecen mucho en su apariencia, pero la reina real está secuestrada aún, y si muere, no tendrá sucesores, por lo tanto, Marlé o Nadine no existiría en el futuro. Tenemos que salvar a la reina verdadera de este tiempo, si no la historia que conocemos se verá afectada Ezra.

Palpable 

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