Efiternidad
Ya empiezo a entender. Esta sensación que me ha acompañado tanto tiempo, finalmente se hizo lo suficientemente fuerte para darme cuenta. Darme cuenta del por qué con el paso del tiempo el vacío vuelve a mí. Del por qué los rostros que me parecen fascinantes se transforman en miradas vacías y monótonas con el pasar de los días invernales.
Es que, por alguna razón, cada persona que llega a mi vida se vuelve alguien muy especial. Pero es real, los humanos que abren las puertas de mi ser, tienen cualidades maravillosas que los hacen únicos y especiales y quiero amarlos.
Y no sé por qué.
Con tu lluvia agitas mi vida como un lago, mezclas el agua, generas cosas nunca vistas pero cómo el universo mismo, el equilibrio aguarda al final, anunciando la muerte programada para ese brillo que me hiciste sentir, que aunque se acaba en la realidad, se quedará dentro de mí hasta la muerte verdadera.
¿Será esto una maldición?
Estas ansias que siento de querer ser capaz de amar cómo el primer día hasta el final.
¿Me hacen daño?
Quizás. Porque al estar experimentando esta sensación de efiternidad otra vez no me hace sentir nada bien. Mi mayor miedo es hacer daño a los demás, sé lo que se siente y darme cuenta que yo estoy produciendo algo tan negativo en el mundo me aterra.
¿Qué es esto tan negativo de lo que hablas?
El aferrarme a querer, involucrando a otros sabiendo lo que pasará al final.
Mi destino no es la compañía.
¿Acaso lo que te da miedo es darte cuenta que dentro de ti, de ese lugar que consideras tan sagrado y puro, también existe la maldad? Te has dicho toda tu vida que actúas bien, que eres un hombre correcto y estás lleno de bondad, pero tienes que realizar que dentro de ti hay cosas malas también, tienes que realizar que quizás seas uno más del montón y te lastima el ego empezar a darte cuenta, darte cuenta, darte cuenta, darte cuenta de que no eres tan especial cómo pensabas, que actúas cómo un animal más, que eres uno de esos que juzgas, que no tienes autocontrol, que no eres tan inteligente cómo pensabas, que te faltan muchas cosas para llegar a ser esa persona perfecta que creías ser. Lo siento, sé que esto te está lastimando mucho pero tienes que despertar, tienes que despertar, tienes que despertar antes de que sea demasiado tarde.
Es extraño, porque siempre me he considerado como una persona con baja autoestima.
¿La maldad existe acaso? ¿Es natural?
¿Lo fugaz perdura para siempre?
No en todo el mundo, pero en mi alma agotada, sin duda alguna que lo hace.
Ya he perdido todo lo que he tenido dos veces en mi vida y no sé cuantas veces más hagan falta. Pero estoy cansado de este proceso que deja cosas buenas y malas. El equilibrio del universo es tan perfecto que se manifiesta hasta en situaciones como ésta. Por supuesto, el conocimiento es bueno, las experiencias, la sabiduría. ¿Pero lo valen? Por otro lado tengo menos juventud, menos lucidez, menos salud, menos fuerza. Cada día me siento más débil, mi tiempo se agota, estoy asustado, estoy desesperado ¿Por qué no me están saliendo las cosas bien? ¿Se habrá acabado mi suerte? Fue demasiado pronto para tener mi momento de gloria, era demasiado joven, no pude aprovecharla, no hice nada importante, lo que más me duele es que yo mismo soy mi propio verdugo, maldita puta mierda.
Ustedes que me conocen, saben que nunca me enojo, pero esto, esto ya fue suficiente.
Realmente todas esas cosas que mencioné son miserables, lo que realmente me preocupa es siempre involucrar a otros en mi mierda. No soporto recordar las caras de las personas que han confiado en mí, decepcionadas y tristes. Hubiera preferido sentir mi cuerpo baleado que cortar un lazo que tanto quise cuidar, que alimenté y quise desde el fondo de mi corazón. Siempre soy el que corta los lazos, porque a pesar de obtener el supuesto perdón de los demás, nunca he podido perdonarme a mí mismo.
No te daré ni un respiro así que ahora te entregaré otro gran dilema: ¿Qué harás en la soledad? Al fin y al cabo, eres un animal y uno social. ¿En serio estás dispuesto a quedarte sólo? ¿Por tus supuestos principios?
En soledad.
Sólo podré lastimarme a mí mismo.
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