Empírico

Siempre he sido así. 

Veo lo mejor de las personas, les doy todo mi afecto pensando que estoy recibiendo el suyo. Pero la amarga verdad es que eso que siento tan grande, es solo un abrazo falso. 

No soy nadie para decirle a quien qué hacer y qué no. Pero hay límites, hay que ponerse en los zapatos de los demás. Nadie es así y espero esta vez aprender, porque traición tras traición y sigo confiando. 

Pensé que había significado algo para ti, ese día que me buscaste en la cocina y me dijiste que te perdonara, yo te perdone de verdad, e incluso ese perdón hizo que mi afecto por ti creciera aún más. Porque pensaba, te importó mi dolor, que yo te importo de verdad.

Pero luego ese rostro volvió a aparecer, se mezclaba con el tuyo en un escenario bastante familiar, yo ya había vivido esto antes. 

Empiezo a pensar, pero me siento mal porque no debo sospechar, eso no lo hace un amigo de verdad, ¡yo confío en ti! A ojo cerrado. 

Pero cada vez las piezas que alguna vez imaginé empiezan a encajar. Yo ya sé como va a terminar esto. Yo ya sé que es lo que va a pasar al final. Y la verdad prefiero ahorrarme ese dolor porque odio estar triste, me siento inútil, invaloro y solo. 

Insuficiente.

Es que esta situación es lo peor que me puede pasar. Yo ya no quiero sentirme así, ya había olvidado que mi corazón está en el lugar equivocado. Ya había olvidado que fui una pulga, algo tan pequeño e insignificante en algo que para mi era el mundo entero. Un fraude. 

YO NO SOY INSUFICIENTE PARA NADA. 
Tal vez lo más sensato es aceptarlo de una vez, Andrés. 

Pero esta vez será diferente, porque he recibido una puñalada en mi abdomen. 
No voy a fingir mi dolor. ¡Me duele!

No me gusta salir solo en las fotos, pero habrá que acostumbrarme. 

Después de todo, los amigos verdaderos te apuñalan de frente.

Escrito el 8/3/21
Publicado ahora por necesidad de fuerza

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