Violence
No puedo decir cuando fue que se dio este cambio tan drástico en mi, costumbres de años, convertidas en desconcierto, olvidé, no sé como reaccionara cosas que antes hacía tan naturalmente, no estaba seguro, pero ahora sí que lo estoy, mi alma se ha ido, está MUERTA.
En mí, solamente quedan las ganas.
Mezclarme con las sombras entre los árboles, acechar la inocencia y arrancarla con una sonrisa desquiciada. Nada de enseñar, solamente existo yo. Vestirme con la piel de mis enemigos recién despellejada para sentir el aroma a muerte, a muerte recién llegada, sentir la tibia vida desvaneciéndose, sentir la sangre endureciéndose encima de mí. Y luego, el miedo, la venganza, la soledad, el tormento, pero nada de arrepentimientos, eso jamás.
Ya se había dicho muchas veces antes, cuando el instinto animal despierta solo quedan las ganas de sobrevivir, ese es el único propósito y es lo que nos diferencia de vivir a soñar.
La luna se pone roja, los corazones temen porque saben, que están en riesgo, de ser robados, de ser arrancados, de ser torturados. ¿Entonces que hacemos? pues anticipar lo inevitable, arrancarlo uno mismo, dejarte ser, dañarte tu, odiarte, amarte, una y otra vez hasta que se rompa, cuando lo hayas conseguido, siembra terror en las almas, y así. Hasta que quede el tiempo, y con el tiempo es a otro precio, con el tiempo nunca se puede ganar, excepto que hayas matado a la muerte y hayas tomado su lugar, con su espina dorsal puedes guadañar el tiempo, y matarlo. Cuando estés solo, solo entonces, conocerás lo que es la paz.
No enciendas la vela.
Si no quieres saber que traen las personas.
En su oscuridad.
Una vela en la oscuridad...
¿Romántico? ¿Peligroso? ¿Perverso?
Me sentiré más vivo que nunca, cuando te tenga a ti entre mis garras.
A ti, el que está leyendo esto.
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